miércoles, 3 de agosto de 2011

No quiero publicidad electoral ni carteles en mi ciudad

Se acerca un nuevo periodo electoral, aunque sea de forma anticipada. En breve, cuando nuestros políticos terminen con sus merecidas vacaciones, empezará el bombardeo informativo/desinformativo en todos los medios de comunicación con la sana y amistosa intención de obtener nuestro voto y de esa forma poder situarse en lo más alto de la cadena alimenticia de nuestro país.
Llegado este momento, comienzo a temerme una nueva oleada de cartas repletas de publicidad electoral que no deseo ni leo nunca jamás y que siempre acaban en la papelera, lo que supone un gasto de papel inútil y completamente innecesario. ¿Quién abre esos sobres llenos hasta los topes de panfletos y rostros sonrientes? Algo más: ¿alguien sabe por qué sonrien? Tal y como están las cosas, las fotos deberían aparecer con lágrimas como melocotones.
Además, por segunda vez en este atípico año mi ciudad se llenará de carteles electorales colgados en farolas y vallas, de nuevo con esas sonrisas y aspectos cuidadosamente descuidados, minuciosamente estudiados para parecer naturales e improvisados. A día de hoy aún permanencen en mi calle los carteles que se pusieron en mayo y que nadie se ha molestado en retirar.
Desde mi humilde hogar, desde este pequeño espacio digital PIDO a esos señores sonrientes que dejen de enviarme publicidad por correo, que bastante veo a los políticos ya en televisión y prensa, para encima hacer trabajar a los carteros por su culpa y que no se estropee nuestro paisaje urbano con horribles carteles a los que nadie presta atención y, lo que es peor, nadie se molesta en retirar cuando los resultados electorales acaban con esta vorágine.

¡NO QUEREMOS PUBLICIDAD ELECTORAL!

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