sábado, 25 de junio de 2011

Artificios

La noche de San Juan es especial en muchos sentidos: el solticio de verano, las hogueras, las brujas...Es una noche en la que se respira algo diferente, un cambio, quizás por la entrada del esperado verano, quizás por el sentido de purificación que tiene para los más entendidos. El caso es que en Las Palmas tenemos un añadido a esta celebración: los fuegos artificiales. Es entrañable esa sensación de espera tensa en la que los miles de personas congregados en la playa de Las Canteras miran el reloj en las postrimerías del día a la espera de que el cielo se inhunde de color y magia. Este año, además, el tiempo acompañó con una temperatura agradable que invitaba al baño.
Habrá quienes piensen que el gasto de dinero, en las circunstancias coyunturales en que nos encontramos, es reprochable, y posiblemente no se lo voy a negar, pero ver a tantas personas disfrutar de una tarde-noche como la de San Juan en la playa, sin problemas ni altercados (que yo viera) en un sano ambiente festivo, bien lo vale.Ahora seguro que alguien piensa que el gobierno se limita a darnos pan y circo.
Es posible que ese dinero pudiera emplearse en miles de otros menesteres pero yo, durante los diez minutos que cielo se tiñó de colores, los diez minutos de admiración y sorpresa, esos diez minutos, fui feliz.


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